Llegar a Tartagal, en la provincia argentina de Salta, nos levantó el ánimo. La situación de los pueblos indígenas en Argentina no es fácil y son demasiadas las historias trágicas que rodean la existencia de estas comunidades. Sin embargo, esta pequeña localidad nos esperaba con una sorpresa. Los nativos de los pueblos guaraní, qom y wichi han podido organizarse para reclamar lo que es suyo y recuperar su cultura.
Con el liderazgo de valientes mujeres, estos pueblos han podido levantar la voz y salir del aislamiento social que en otras regiones es tan habitual.
Así nos lo explican las líderes indígenas Felisa Mendoza, Lydia Maras y Ayda Valdes, abuelas, madres, periodistas, escritoras y activistas, que nos reciben en su radio «La Voz Indígena».
Nos sentamos a escucharlas con el corazón en un puño. Nos relatan, a veces entre lágrimas, el camino de sufrimientos, desalojos y presiones de empresas agrícolas y petroleras que durante años las hizo desesperar.
Pero su historia tiene final feliz. Organizarse y no cejar en la lucha las ha convertido en referentes culturales de la zona.
A través de la radio han logrado atraer a adultos y jóvenes a conocer su historia ancestral.
«Ahora los jóvenes quieren conocer quienes fueron nuestros héroes que resistieron a las campañas militares que nos quisieron hacer desaparecer. Están orgullosos», dice emocionada Ayda Valdés, cacique de la comunidad Yariguarendá (tierra de los loros, en su guaraní nativo).
Formándose, produciendo libros, radio-novelas, programas informativos y culturales han enganchado a su audiencia, que nunca tuvo espacio suficiente en los medios de comunicación comerciales para expresarse.
Con el incansable y admirable apoyo de Leda Cantor, el Centro Cultural Litana Prado se ha convertido en su base de operaciones, en lugar de encuentro y de confraterniación.
«Antes nadie contaba lo que pasaba en nuestras comunidades, nadie reclamaba que nuestros idiomas se estudien en la escuela», dice Valdés.
Su abnegación ha atraído a una generación de jóvenes que se han convertido en comunicadores ejemplares, técnicos y ciudadanos conscientes de su historia y su cultura.
Es el caso de Luis Giménez, que conduce varios programas de la radio y nos invita a pasar a su estudio, tan profesional como el de cualquier radio comercial.
Nos entrevista y demuestra que a curiosidad no le gana nadie. Están agradecidos por nuestra visita y por el recíproco interés. A pesar de ser domingo, con la dificultad que conlleva el transporte, se ponen manos a la obra para que las ondas se llenen con la mezcla de sus historias y la de nuestros viajeros españoles, argentinos, bolivianos y paraguayos.
«Hemos revalorizado nuestras músicas, estamos recuperando el idioma que nuestros padres debieron ocultar por miedo a la represión. La radio es fundamental para nosotros, como difusión de información y como expresión artística», confiesa Giménez.
Tras compartir todo el día con ellos, escuchar y registrar leyendas, nos vamos con ganas de contarle al resto de pueblos indígenas de América que sí se puede. Que a pesar de todo lo que tienen en su contra, hay formas de recuperar su identidad, su idioma y su cultura. Seguimos viaje.